(POESÍA) AUTOR: ISAAC DÍAZ CÓNDOR
1° Edición Suelta en 1986 (Lima-Perú; Ediciones TALISMAN NEGRO)
2° Edición en el 2010 (Lima-Perú; Ediciones VIERNES LITERARIOS)
HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA Biblioteca Nacional del Perú N° 2010-06480
DERECHO DE AUTOR PARTIDA REGISTRAL N°00471-2010


PRÓLOGO

Metamorfosis de las sombras inaugura la obra del joven poeta tarmeño Isaac Díaz Cóndor. Como podemos apreciar, este poemario es el testimonio tangible de una promesa, pero, a su vez, es el cumplimiento inicial de esta promesa. Su lectura nos brinda agradables sorpresas. Resulta positivo, por ejemplo, el tratamiento medido y cercanamente escultórico de la palabra y el sonido, que no son otra cosa que la señal inequívoca de un sereno buscador de formas plásticas. De igual modo, nos parece importante destacar la apretada coherencia del universo íntimo que lo preocupa y lo lleva a luchar denodadamente contra la oscuridad cerrada de la frase hueca y a prediseñar pacientemente una poética personal. En este sentido, Díaz Cóndor se perfila como un espíritu atribulado por la oscuridad que, en una lenta germinación, va concluyendo su:

“Metamorfosis
de las sombras
y de las ásperas saetas"

Sin intenciones de hacer mayores sondeos en la profundidad de sus contenidos, podemos asegurar que el eje sobre el que giran sus temas es la búsqueda de la luz, la conquista de respuestas en una etapa de desconcierto y angustias:

“El mediodía
es incoloro
y silencioso”

Por esto, en su poesía no sólo vislumbramos la confirmación desengañada de una época, sino también la posesión de las resistentes cuerdas de la esperanza. No cabe duda que Díaz Cóndor no pretende otra cosa que hallar en la palabra un:

“Informal tragaluz
de la esperanza”


y hacer del trabajo poético una tarea vital e histórica:

“descomunal
puntazo
sobre
la tierra
dura”

Un poemario provisto de estas intenciones y logros bien merece un fraternal aplauso de bienvenida y un encendido grito de aliento. Creemos, además, que la poesía de Isaac Díaz Cóndor se seguirá desarrollando, puesto que ya nos da sobradas muestras de ello. Desde hoy estaremos atentos a sus próximas publicaciones.

Lima, diciembre de 1986.

Carlos Orihuela Espinoza

PROEMIO

Por imperiosa necesidad, escribo estas líneas para justificar la publicación actual, habida cuenta que lo suscrito por la autorizada pluma Carlos Orihuela Espinoza, data hace veinticuatro años y en consecuencia es menester plantear algunos aspectos sobre el particular. Efectivamente Metamorfosis de las Sombras, es un poemario que juega su propio destino. Viene de un autor que posibilita una cercanía a lo más fecundo de la vida que en cada verso experimenta una visión apropiada sobre la existencia de uno de los demás. Esa relación de hombre-naturaleza persiste desde el inicio del poemario, sólo que se manifiesta en cada anuncio para explicar metafóricamente la fuerza de los fenómenos naturaleza que oscilan en su percepción. Su lenguaje aparentemente sencillo trae consigo una especie de búsqueda interminable por el buen final.
En esta edición ampliada corregida. Isaac Díaz cóndor logra cimentar lo integro que se da en una composición debido a la apelación de las imágenes y recursos que ofrecen las figuras literarias. Por supuesto que el poema no se explica, se interpreta según el criterio de cada quien se somete según a la ávida lectura y su propia sensibilidad. Metamorfosis de las Sombras, sugerente título de este poemario con el que juega sus escondidas intenciones en la relación de la penumbra del pensamiento y su transformación relativamente interna en nuestra conciencia. Y a pesar de lo oscuro que puede significar un hecho o la vida misma, sugiere a través de este arte, la esperanza. Es una voz poética al que debemos atender como se merece, pues ahí está la invitación y poder deleitarnos con la estructura y estilo propios del autor para beneplácito de seguir creciendo con este sabor kafkiano que sutilmente impregna en buena parte de su creación en relación con la existencia natural. Por la exigencia del tiempo, está ahora entre tus manos los versos de este poemario que ennoblece la tragedia de la vida cotidiana.


JUAN BENAVENTE

1

Metamorfosis.
Metamorfosis de las sombras
y de las ásperas saetas
que están coaguladas

sobre diacríticos marcos enlutados.
Marcos infernales

de la logarítmica ventana.
Informal tragaluz

de la esperanza...

Llegaron las horas

del diacústico invierno.
Acompasando cromos y virtudes
vinieron las hojas del rosal,

aquellas hojas
del peciolo seco
y de la amarga sangre,

infrangible al sentimiento.

Láminas
otoñales,
simplemente láminas.

Plumas lobuladas
amarillentos pergaminos
esparcidos

sobre la tierra
y el alma.

2

Fecunda el silencio
en los prismáticos saciados
en la oscuridad.

Inseminación en el dedal
por la artificial bofetada
del guante de hierro.
Maldito golpe sobre los emplastos
de los días y de las sombras,
sobre los pegotes y los cuadernos;
caminos de espinas y arrayanes.

Substancias volátiles.
Vertiente del sudario
desparramado en los pedregales.

En el jardín de la fantasía,
enlutados por la sombra del otoño

los claveles bañados en aceite
nacen llenos de sal y en cáustico grito,
grito celular y pilórico.
Emergen del sudor y de las bloqueadas avenidas,
emergen con el rencor en los labios
consumiendo afiches callejeros,
y en la distancia se bifurcan l
os relojes y las calles,
y el tiempo fue cubierto
por los esternones del silencio.

Haz del calcio pulverizado,
muchas veces la sombra fenece
en ritos comerciales de la gelatinosa tierra,
tierra muerta, desnaturalizada esencia
de los relojes que acaban por el viento de los años.

Fecunda el silencio

I

Golpe
seco y fuerte…

Refracción solar
cíclica evolución
de la hidrocefálica manzana.
Manzana desnutrida
satíricamente degluida
por carbuncosas
fauces cibernéticas.

II

Golpe
fuerte y seco…

Refracción lunar
cíclica evolución
del leucocito longicornio,
capsula matinal.
Obsceno capullo,
estambrado
por artístico plumaje
de sepulcral alabanza.

III

Seco
golpe y fuerte…

Voraz
remate
sobre la blanda roca
de la carne esterilizada.

IV

Fuerte
y seco golpe…

Arquitectónico
engranaje
de la hierática
miga gasificada.
Cúmulos extraídos
por conductos
del vapor inesperado.

V

Fuerte
golpe y seco

Pudibundo altercado
entre estaciones y el nacer
por esquemas radioactivos
de los marchitados girasoles.


VI

Seco
y fuerte golpe…

Descomunal
puntazo
sobre
la tierra
dura
del tumor
concentrado
de los gatos
partirizados.

3

Ley de leyes…

En el séptimo día
del amargo mandamiento
soñamos en la velocidad
de los tranvías.

Remusgo
suspendido
en el verano.

A veces nos pasamos prendidos
en los reglones del sagrado fuego;
son los días de otoño en el colegio,
ahora, semanalmente transmigramos
y sucumbimos bajo los dígitos
de las inflamables computadoras.

Ley de leyes…

Cantos del mediodía.
Impotencia de
de los sonidos.
Ansarinos coros
que provienen
de los lagos diafragmáticos.

4

Metamorfosis de los silencios
y de la sombra blanca…el destino.

El espumoso algodón de la hoguera celestial
cubre con su manto a la desolada espineta,
clavicordio de olfateado cigarro y castrado tintero.

Destino, silenciosa metamorfosis
de la blanca sombra…los caminos.

En los muelles pulmonares
el fracasado sudor nace de la tierra
comiendo gusanos, llenos de zapatos
y emparedados de agujeros con mudos suspiros.
Las cenizas de los tabacos no cambiaran
el ceniciento color en los bares
donde se fermenta con añejas algas
los desbordantes caminos de los garabatos.
Lanzamos unas cuantas piedras
al esófago de las sombras y hallamos
pendulando las monedas, difunta herencia
derramada por los gladiadores paganos
que inocentes se ocultaron bajo el signo de la cruz
y el seno del perdón y la espada.

Amarga sombra, apendulado destino,
metamorfosis de los caminos… la sombra.
Después de la resaca el cansado lamparín

vierte números de las prohibidas estaciones
sobre la biblioteca de las fugaces marionetas.
Blancas marionetas, estación de las sombras
fantasma de la época, espectro del silencio.

Metamorfosis de la sombra,
la sombra tiene muchos matices
dentro de su alma blanca.

Llegó la sombra llena de camaleones
legándonos un desteñido pergamino
para poder cubrir la veloz aleta del mediodía.

Agrio espinazo, camaleón de las sombras,
donde los versos preguntaban al pie del cadalso,
¿Cuándo llegarán las gotas del roció...?
La pregunta fue obtusa de sordos latidos
en el valle de los semáforos.

Tricornea mutación de los huesos
en el velero, en el otoño y en el bar.
Metamorfosis de la pregunta,
opacas respuestas llenos de vacíos
en el alquilado vientre de neutros matices, el silencio.
... las sombras, sigue siendo la misma resecada sombra.
Las sirenas del bar asentaron las respuestas
del mediodía, respuestas quiméricas y bulliciosas
de sediento velo, tallado en la oreja del gato relojero.
Trifurcación celular de agotado movimiento.
Al compás del tiempo sólo tenemos
escrito en nuestros cuadernos
que el mediodía es incoloro y silencioso
por el color de las sombras,
derretida sonrisa de payaso, la esperanza.
Es la hora de escribir desde las ventanas
la forzada cosecha de las nuevas historias.
Trinidad ondulante de las neos monedas,
metamorfosis de las sombras y de las maldiciones.

El mediodía
es incoloro
y silencioso...

Siempre arde, además, sobra demasiado
en las polvorientas mesas del valle de los semáforos.
Soluble divinidad cubierta por las gotas del rocío
y nos quedamos con las plumas marchitadas por el viento
interpretando el cantar en la estufa del humeante bar
donde las lenguas de judas deshojaba margaritas
y en sus mansas aguas flotaban olfateados cigarros,
dejándose escuchar en la lentitud del tiempo
el epinicio fúnebre de la desgastada abundancia.

Epinicio de la abundancia.
soluble divinidad
lleno de fantasías…
El mediodía es incoloro
y siempre arde
en el valle de las esteras.

Arde y quema

I

Dolorosamente
en el rojo glaciar
de un ayuno
inesperado,
navideño y forzado.

II

Extrañamente
en los vitalismos
polvorientos,
parchados
y apacibles.

III

Ritual alabanza
de mitos y oscuridades
en la arcilla y trigales.

IV

Demasiadamente,
arde y quema
en las hojalatas del olvido;
metamorfosis de negro plumaje,
lluvia silenciosa de las sombras.

5

Metamorfosis de las sombras
y de los árboles consumidos,
la hora del café...

Fantasía forestal e injuriosa.
Inconcluso sauce de adoquín
recobra el enredado color
de tu amarillento plumaje,
y la fuerza
de tu despulpada madera.

Profético
y fecundo
sueño...

Llegaran los colores
llenos de futuras lluvias
y con ellas volverán a nacer
bajo el signo del fuego
las marchitadas flores
y las hojas secas.
Oleaginoso renacer
en el lago diafragmático
tus hojas que cruzaron
las oscuras aguas
sembraron bajo la lluvia
todos los sueños
en infinitos poemas,
llego la cosecha de los ríos,
dimensionales ríos
para el oscuro camino
de la fecunda simiente.
Y en las avenidas se escribirá
la nueva poesía,
informal tragaluz
de la esperanza.

6

Metamorfosis
de los colores.
La sombra tiene
infinidad de matices,
sólo una es su blanca ojera
y blanca sonrisa, la muerte.

7

Camaleón de las sombras.
El fantasmal suspiro
del herraje solar
está lejos de los prismas
y de los relojes.
La difusa luz
de la luna con herraje
no llega a besar
la desvanecida imagen
de la espiga blanca,
que se esfuma
entre la escamosa
y extensa sombra
del murciélago de hierro.


8


Metamorfosis de la blanca sombra
en la estación venidera...

El espectro solar
ha quedado temblando de frío
al pie del cadalso con las heridas
encadenadas al raciocinio.
En el eclipse lunar
se congelan las campanas
por el tren de las sombras.
Eclipse de medianoche
escarchado silencio
espantada oración del vacío

Metamorfosis de las sombras
en un invierno de moteados cafés.

Invierno, ceguera disfrazada con raídas membranas
y cubiertas por alucinaciones de los espantajos
del carrusel periodístico
en la hora de naufragar en los viñedos
hasta congelarlos en diminutas encuestas del sino.

Invierno, encerrado fuego
de los incinerados templos
incinerados bajo el plumaje de los copos
en el renacer de las gaviotas y las libertades.
Empeñado paraguas en las letrinas y el hierro.
En el acantilado están las azucenas
con el vientre destrozado por la inmunda cáscara
del miserable sabor del dinero.

Metamorfosis del invierno
y de las flores muertas,
muertas al pie del arco de la fantasía.
Y son nuestras sombras que se alejan del nacimiento,
mutando sus alas, los deseos y los viajes hacia la...Nada.

9

Metamorfosis de las sombras
en un tiempo de segar los sueños
bajo el código de la locura...

A medianoche llegan las sombras
con el sueño encadenado
a las aspas de los viejos molinos.
Luego de cenar vísceras de pescado
salen a cazar a los gusano de luz
y entre risas y cantos los atan de pies y manos
impidiéndoles volar hacia los matices del arcoiris.

Sueños de prisma,
ensueños de colores,
sueño encantado,
cantar soñando
en la hora
de los gatos relojero.

Cantar relojero
de la ostra que sueña hora tras hora
al compás de las flautas mágicas de los duendes.
Soñar bajo el negro velo de los fuegos
que circundaron al silencio
enlutando al luminoso barco de papel
que navegaba en mi mesa, puerto de escándalo,
y el ancla sangraba en los inmortales ojos
de los grillos que ardían en la mecha del lamparín,
se chamuscaban vertiendo ahogados latidos de oscuridad.
Y la canción de los sacrificios placenteros
se paso de semana en semana y de flor en flor
picando y tejiendo la fantasía y la sombra de los sueños
como la estatua, el bronce del negociado hielo.

Después de las cenas en la olas de la noche
llega el silencio con las viejas sombras
engullendo el alma de las luciérnagas
y la inmortalidad de los visionarios grillos.
Metamorfosis de las sombras
balsámico laberinto agitado
por el vino y la vehemencia del fornicado paraíso.

10

Los humeantes dibujos
descomulgados por la desnuda sombra
se humedecen por el calor
de los sueños.

Después de las inmolaciones,
nacen las sombras,
engullendo luciérnagas y grillos...

Del espíritu del mar
nace el silencio
lleno de falsía y confusiones;
en las espumas de sus aguas
quedaban los solitarios embriones,
y los que emergieron del ramaje torcido
se diseminaron, asustados
entre barrotes de los blancos parrales,
frutos del huerto prohibido,
fugaces sombras de los días
fermentada miel en los tiernos picos.

Después de las lluvias silenciosas
los embriones del huerto prohibido
se quedaron desplumados,
abatidos llenos de amarguras
preguntando al espíritu del mar
¿Porque tenemos que llevar
el prisma de neutros colores?

Y está naciendo en las viejas cosechas
la fauce cibernética
de la nueva larva del apocalíptico vampiro.

Metamorfosis de la privación.

INDICE

Prologo… Carlos Orihuela Espinoza 3
Proemio…Juan Benavente 4
1 Metamorfosis./ Metamorfosis de las sombras…7
2 Fecunda el silencio…8
3 Ley de leyes...12
4 Metamorfosis de los silencios...13
5 Metamorfosis de las sombras y de los árboles...17
6 Metamorfosis de los colores...18
7 Camaleón de las sombras...19
8 Metamorfosis de la blanca sombra...20
9 Metamorfosis de las sombras en un tiempo...21
10 Los humeantes dibujos…19